Entonces depositó la caja en el suelo. Lo saludé: ¿Qué tal?
Y él me respondió con brusquedad, gritando para reclamar mi atención.
De golpe, abrió la caja y sacó de ella un niño Jesús. No el
típico Niño de Navidad, en la cuna, sino un niño de cuatro o cinco años,
erguido y vestido, dentro de una campana de cristal.
Lo tengo desde hace tiempo, me dijo, en un perfecto catalán,
y no lo quiero tirar. Pero, por favor, recójalo. Es una imagen que quiero mucho
pero no puedo cuidarla.
Me impactó, porque ese niño Jesús, de alguna manera, había
generado un vínculo con él. No sé si religioso, emocional o simplemente de
compañía. Posiblemente esta imagen lo había ayudado a sobrevivir.
Insistió: Yo no lo puedo cuidar más. Y utilizaba el verbo
cuidar como si fuera algo muy suyo y quisiera asegurarse que estuviera bien
allí donde lo dejara.
Así, accedí a recogérselo. Desde hace una semana lo tenemos
en la capilla de Nuestra Señora de Chestojova, acompañándonos en las
celebraciones.
Me pregunto, una y otra vez, qué ocurre con estos hombres que
con 50 años están completamente solos y perdidos. No sólo los extranjeros
apátridas sufren, también aquí tenemos gente nativa que, por el motivo que sea,
han perdido su lugar.
¿Qué los ha llevado hasta aquí? ¿Qué historia hay detrás de
ese indigente que «no podía cuidar más» del Niño Jesús? Tal vez no era él quien
cuidaba al niño, sino Jesús quien estaba cuidando de él… Igual que los padres
que, al no poder cuidar de sus hijos, los exponían a las puertas de las
iglesias, este vagabundo ha dejado a su Jesús en un lugar seguro. Quizás sin
saberlo, se ha convertido en un mensajero del cielo, portador de un tesoro que
ahora tenemos en nuestra capilla.
Precioso, Padre Joaquín.
ResponderEliminarLo acabo de leer porque tenía el móvil cerca y al buscar la agenda de mañana, me ha entrado este escrito que me deja sin palabras y me abre el corazón a la reflexión profunda de lo que nos acabas de contar. De ese niño Jesús y ese hombre, que realmente creía en Él. Quizás con un respeto y consideración muy superior al mío, o de muchos que no hemos sufrido las heridas de su soledad y que aún herido, Cuida con ternura de ese Niño Jesús.
Rezaré mucho por este hombre.
Mil gracias por contarnos algo tan increíble a la vez que trascendente.
Un fuerte abrazo
Hermoso testimonio. Cuando encontró una imagen o me regalan es Jesús que llega hacernos compañia
ResponderEliminarHistoria curiosa y algo impactante , la soledad no deseada puede hacer estragos, desde adiciones, trastornos mentales y todo lo que deja a la dignidad muy mal parada. Aunque el ser humano parece que siempre conserva algo que se otorga en la niñez, inocencia y bondad.
ResponderEliminarUn escrito muy profundo para reflexionar,porqué un Niño? Me trae un recuerdo de un niño Jesús que botó una señora al baño y la empleada que limpiaba lo recogió y me lo llevó a mi casa para ver si lo quería, pues ella también me trabajaba a mi, no tenía manos;pero lo restauré y le compré un vestido tejido y quedó hermoso; la dueña del Niño se sintió mal por su acción y lo quiso rescatar pero ese Niño Jesús como todos está en mi corazón y es el consentido de la casa en Navidad lo pongo en el lugar más vistoso y lo siento vivo me llenó un gran vacío.Ahora esa Niño de la Capilla vino a darnos un gran mensaje,oremos con El que muchas cosas nos dirá para cambiar nuestra vida.
ResponderEliminarEs pena que este señor se haya desprendido de lo que le mantenia la ternura. Ahora nosotros al ver la imagen podemos pedir a Jesùs que tenga la oportunudad de recuperar su dignidad.
ResponderEliminarMe conmueve esta historia de este hombre que combina dolor, amor a Dios, con miserias, humanas ... . Es una muestra de que existen almas que conservan en un rincón de su corazón aquella pizca de amor a Dios que alguien sembro en su alma, algun dia hace tal vez mucho tiempo , y a pesar del estado de indigencia en el que vive, sus pasos le llevan al lugar donde sabe que aquella imagen estará segura, a buen recaudo.
ResponderEliminarRecemos por el, para que el Señor y su Madre no le abandonen, y le tengan en cuenta su amor por la imagen del Niño que a pesar de ser solo una imagen representaba mucho mas para el.
Gràcies per compartir aquesta història tan colpidora.Feia dies em preguntava la procedència d'aquest nen Jesús;cada vegada que el miri serà per encomanar
ResponderEliminaraquesta persona i tantes que es troben em situacions semblants.
Esta historia me recuerda a un hombre de la calle que se llama Ferrán, tiene adicción al alcohol, y en la parroquia donde colaboramos estamos intentado ayudarle para que ingrese en un centro y pueda rehacer su vida. Lo poco que sé de su vida es muy dura, tiene 2 hijas, pero no las ve porque no quiere que lo vean en este estado. También es creyente y va a menudo a misa. Hemos de rezar mucho por ellos y ayudarles en lo que podamos, escuchándolos.
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