Cuidó especialmente la relación con su hija. Su sintonía y
conexión era total. Los sufrimientos que fue padeciendo no rebajaron la
intensidad de su amor materno filial. Conservó su madurez y serenidad frente a las
diferentes enfermedades que tuvo que soportar. Mujer tenaz y valiente, luchó
afrontando las dudas y temores que seguramente surgieron en su interior. Pero
su visión trascendente de la vida la ayudó a manejar situaciones límite. Pilar
era una auténtica guerrera y jamás decayó en su esperanza. Nos ha dejado el
ejemplo de una luchadora incansable hasta el final.
Pero no todo eran luchas: Pilar tenía una sensibilidad
especial, que se manifestaba en su amor a la literatura. Pertenecía a un
círculo de lectura que semanalmente se reúne a leer obras de los grandes
clásicos. Navegando entre sus pasajes ahondaba sobre la realidad humana con
extrema finura y penetración.
Roca firme en sus principios y convicciones, mantuvo su
elegancia humana durante todas las etapas de su itinerario hasta el final.
Demostró su valentía en medio de la incerteza y una tranquilidad última donde
se vislumbraba la esperanza. Lo dio todo, hasta en los momentos más duros. Su
amor a la familia la sostenía y puso todo su empeño en mejorar su salud, con
tenacidad increíble, probando toda clase de remedios.
Pero no fue suficiente. La vida a veces es así, pero el rayo
de luz interior que la iluminaba se ha convertido en un legado para todos: su
hija Elena, su yerno Víctor, sus nietos Bernat y Aran, para ti, Ferran, para
sus amigos.
En las últimas semanas de su vida tuve la oportunidad de
hablar con ella. Participaba cuanto podía en la misa dominical y me di cuenta
de que, tras su aspecto sencillo y su serena presencia en su corazón se
escondían enormes valores. Era un cofre lleno de perlas: amabilidad, atención,
deseo de servir y ayudar, amor. El destello de su mirada se iba apagando, pero
aún vivía con intensidad. Aunque la vida se le escapaba, su corazón nunca dejó
de vibrar.
Ahora, desde el cielo, seguirá protegiendo a los suyos. Como
madre, abuela, compañera y amiga, supo dar lo mejor de sí misma. Aunque tuviera
dudas, el cielo no es solo para los que creen, sino para los que aman. Esta es
la promesa que Jesús nos hizo. Por eso tengo la certeza de que algún día, por
encima de lo que nuestra razón pueda entender, Pilar nos estará esperando en un
lugar más allá de las estrellas, en la eternidad.
Si , que bonita reflexión y recuerdo,para los que creemos que la familia es un tesoro
ResponderEliminarYo pienso igual mis hijos son mis dos pilares y mis nietas son lo más grande de mi vida y de mí corazón ❤️❤️❤️
ResponderEliminarUna sincera y bonita semblanza de Pilar, mujer valiosa dentro de nuestra comunidad de Sant Felix. Que esté ya en la presencia amorosa del Señor y que El consuele y fortalezca a los que la lloran. Mi humilde oración por el eterno descanso de su Alma.
ResponderEliminarPe Joaquín , su escrito sobre esta señora , nos haz amarla aún no tengamos conocido, con sencillez nos describe un espírito noble y belo!
ResponderEliminarQue Dios conforte la família y à Pilar el descanso y la luz y alegría verdadera 🙏🙏🙏