En aquello en lo que somos buenos, solemos ser expansivos
para demostrar lo mucho que sabemos. Hay personas a quienes les gusta dar
lecciones para señalar lo valiosos que son sus conocimientos. Pero esto es un
mecanismo de defensa: tienen que demostrar que son maduras y competentes,
incluso superiores a los demás, cuando en realidad están tapando algo que no
quieren que se visibilice.
El desdoblamiento
Hay casos en los que se vive un auténtico desdoblamiento de
la personalidad. Esto sucede cuando se abre un abismo entre las relaciones
familiares y las relaciones sociales. Hay una enorme separación entre aquello
que se muestra en el núcleo familiar más cercano: cónyuge, hijos, y otros
ámbitos en los que la persona se mueve.
Ante los demás se muestran atentos, amables, comunicativos,
espléndidos y generosos. Sin embargo, con la persona que vive a su lado, son
todo lo contrario. Exigentes y broncones, fluctúan entre el aislamiento, porque
no soportan la compañía, y el enfado, porque nadie es lo bastante perfecto.
Afuera están creando un paraíso artificial, con mucha impostación y forzada
amabilidad. Por dentro, en la convivencia del hogar, estalla un auténtico
infierno. Son actores que saben moverse en diferentes registros. Pero, a la
larga, su realidad va quedando al descubierto, porque los demás captan esta
ambivalencia y su verdadera personalidad va aflorando.
Este desdoblamiento revela algo muy hondo en su psicología y
motivaciones. Tal vez una incapacidad para aceptarse a sí mismos, o la
incapacidad para amar. Alcanzar una convivencia armónica requiere de mucha
paciencia, sacrificio y entrega para llegar a la sintonía profunda. Esto es lo
que hace crecer y madurar a la persona.
Ser tú mismo
De una convivencia plena puedes salir al mundo sin fingir.
Si sales de tu casa lleno, contento, pletórico, no tienes que pretender ser lo
que no eres. Puedes ser tú mismo, eso sí, atento a los demás y adaptándote a
cada situación con prudencia y la distancia adecuada. Desde esta postura es
como se aprende a estar en cada momento y en cada lugar. Podrás conectar con
cualquier persona e ir generando una buena relación que os enriquezca a ambas
partes.
Todos podemos aprender mucho de los demás, incluso de
aquellos a quienes hemos puesto un cliché. Aprendamos a escuchar con calma,
sólo así el otro aceptará con gusto lo que le podamos enseñar y sacaremos lo
mejor de ambos. Dejaremos a un lado la insolencia y la arrogancia y
estableceremos una comunicación auténtica y real con los demás.
Aceptándonos como somos y buscando mejorar, por amor y
espíritu de servicio, podremos cultivar buenas relaciones, dentro y fuera de
casa. La alegría no será impostada, sino real. Ya no habrá sarcasmo ni ironía,
sino buen humor y cordialidad. Cuando se utilizan las bromas fáciles para
empequeñecer al que está a tu lado, estás poniendo una barrera.
Aprendamos a amar y a ser agradecidos con todos. Perdamos el
miedo y nos mostraremos tal como somos, sin dobleces. Cuanto más maduros seamos
humanamente, mayor madurez espiritual vamos a adquirir. Todos necesitamos
sentirnos valorados, desde el barrendero que limpia las aceras de nuestra calle
hasta un famoso médico que salva vidas. Nadie es menos importante. Por el solo
hecho de existir, todos poseemos dignidad.
De acuerdo conocernos y darnos a conocer con sencillez a las personas que nos rodean..
ResponderEliminarSer tu mismo hace que la vida sea mucho más tranquila, relajada, quiéreme como soy y por lo que soy. Gran palabra, dignidad, todos debemos ser tratados con respeto, todos somos dignos ante los hombres y sobre todo ante Dios.
ResponderEliminarBuenas reflexiones padre juaquin gracias
ResponderEliminarConocerse exige pararse hacerse preguntas, trabajar aquello que quieras cambiar, como eres y como crees que te ven, pienso que ocurre a veces que la persona se deja llevar por lo que cree que piensan los demás.
ResponderEliminarArmónizar pensamiento con acción es todo un reto que vale la pena.
Bravo por el artículo.
Interesante frases que destaco del texto: Desdoblamiento de la personalidad, ser uno mismo, aprender a escuchar y, más difícil, aprender a amar.
ResponderEliminarDesdoblar la personalidad la solemos utilizar constantemente para sobrevivir y obtener los objetivos que nos permite dicho desdoblamiento; sino cómo conseguiríamos pareja, trabajo o amistades si de entrada nos mostramos tal y como somos, tan solo unos cuantos privilegiados con dones divinos lograría alcanzarlos, de ahí que haya tantas rupturas matrimoniales, laborales, sociales..., cuando descubren que no somos lo que aparentamos.
Ser uno mismo, sí, si las circunstancias lo permiten, es muy importante pero se logra cuando tienes años a cuestas y te importa poco lo que piensen los demás, porque desconocemos o no seguimos a Sócrates.
Aprender a escuchar, importantísimo, pero soy de los que piensan que uno 80% (me quedo corto) de la población quieren ser escuchados y muy pocos escuchar.
Y lo más importante: aprender a amar ¿Dónde se aprende? El amor como la primavera viene pero no sabes cómo ha sido. El amor no se fuerza, se tiene o no se tiene, lo contrario es "desdoblar la personalidad".
Gracias por tus escritos, siempre interesantes para poder meditar.
Conocerse es algo que empieza cuando somos muy jóvenes; después pasamos la vida descubriendo aspectos nuevos o poco explorados. Aceptarse cuando uno se conoce y mira cara a cara "las sombras", es un salto cuántico, pero creo que también se va logrando gradualmente. Cuando nos parece que ya tenemos muchas cosas superadas, suele ocurrir algo que nos enseña que aún estamos en camino... Lo importante, quizás, es no darnos tanta importancia a nosotros mismos y estar abiertos a aprender. ¡Y a amar! Sin el corazón abierto es imposible. Gracias!!
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