Pero, siendo todo esto muy importante, lo que nos completa
como seres humanos es la amistad. A lo largo de la vida conoces a muchas
gentes, pero no todas aquellas que conoces llegan a ser amigos tuyos. Cultivar la
amistad con ellos es necesario para mantener los vínculos y vivir una bonita
experiencia con aquellos que te aprecian y con los que sintonizas. La elección
no siempre es fácil y en algún caso se producen desilusiones. Es verdad que no
se puede tener muchos amigos, pero aquellos que tengas, cuídalos siempre.
El libro del Sirácida, en la Biblia, dice que quien tiene un
amigo tiene un tesoro. Cuánto alegra compartir con tus amigos los episodios más
importantes de tu vida. El amigo es un oasis en pleno desierto, una brisa de
primavera y el sostén ante las dificultades; la mano firme donde puedes
agarrarte, la luz en la noche oscura. Tener un amigo es como un amanecer que
ensancha el corazón y te abre los pulmones para respirar con plenitud.
Ayer me encontré con un matrimonio amigo de Badalona,
después de más de doce años sin verlos. Apenas me abrazaron, sentí que la
amistad que me une con ellos se encendía, latiendo con fuerza.
Los conocí cuando fui rector de la parroquia de San Pablo.
En aquellos años organizamos muchas actividades y eventos pastorales, y ellos
siempre fueron grandes colaboradores. También tuve la alegría de acompañarlos
en sus bodas de plata, una celebración muy emotiva y entrañable.
Son un matrimonio fuerte y cohesionado, que se ha mantenido
fiel en el tiempo. Antonio es bondadoso y alegre, serio en su trabajo, valora
mucho a sus amigos y sabe sacarle el jugo a la vida. Estar en su compañía es
gratificante, porque en los momentos más difíciles hace gala de su ingenio y buen
humor; sus chistes ayudan a suavizar la tensión, creando un ambiente más
calmado y relajado.
Lourdes es una mujer cálida y firme, con criterios muy
claros. Pilar de su casa, diligente y hogareña, su aguda inteligencia le
permite gestionar los asuntos cotidianos con gran intuición femenina. Siempre
sabe estar donde le toca. Es abierta y acogedora y cuida a sus amistades.
Humildes y trabajadores, Antonio y Lourdes valoran la vida y
la familia por encima de todo. Tenerlos como amigos es un regalo y una
bendición. Son dos personas luchadoras, que han sabido superar momentos muy
difíciles, construyendo una sólida familia a lo largo de 40 años. Soy testigo
de ello. Encontrarme con ellos ha supuesto una gran alegría para mí, sintiendo
ese calor que no ha disminuido con el paso del tiempo. Durante nuestra
conversación, sentados bajo la morera del patio parroquial, se sucedieron los
recuerdos y revivimos muchos momentos que compartimos en el pasado.
Fue un hermoso reencuentro; nos dimos cuenta de que, a pesar
del tiempo transcurrido, la amistad seguía muy viva en nuestro corazón.
Es un tesoro a valorar y una responsabilidad mimarlo y estar al lado del amigo en los momentos buenos y malos gracias por esta reflexion
ResponderEliminarMe ha gustavo mucho todo lo que ha escrito sobre la amistad y me ha alegrado que haya podido ver de nuevo a sus amigos.
ResponderEliminarGran verdad> los amigos son un tesoro. Sobre todo en tiempos dificiles, que ponen a prueba a las personas. Los amigos con su carino te apoyan y te animan a salir adelante. Gracias a Dios, por bendecirme con grandes y buenas amistades! Y que podamos tambien ser esa persona amiga que apoye, anime y este ahi para lo bueno y lo malo.
ResponderEliminarLos Amigos no tienen porque verse cada día, ni cada semana. Los Amigos de verdad se les reencuentra cuando se los necesita o simplemente para saber que estan y es tan bien. Gracias por su Amistad.
ResponderEliminarSon muy pocas las personas que podemos contar con un amigo,es una relación que uno la guarda y la proteje, pues se pudiera considerar como un sacramento,es limpia, es pura la llevamos en nuestro corazón;su comentario es excelente y lo he disfrutado mucho porque es una vivencia que también he tenido
ResponderEliminarUn amigo es tu otro yo.
ResponderEliminarValoro mucho la amistad, es ayuda en momentos duros, es alegría compartida en los buenos momentos, nos enriquece mutuamente....
Fomento mis amistades desde que iba al colegio, después las de los estudios, las de la profesión ...
Doy gracias por tener las amistades que tengo, y sigo abierta a cultivar otras nuevas.
Qué verdad es esto. El tiempo no deteriora una buena amistad. Como alguien ha dicho, es casi un sacramento... Yo también he podido conocer a Antonio y a Lourdes, he disfrutado en su compañía y me he reído con los chistes de Antonio. Cuánto bien nos hacía su sentido del humor y su buena onda. ¡Joaquín los ha retratado tal como son!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. La amistad hay que cultivarla, siempre, para que dé su fruto. Es uno de los mejores regalos que Dios nos hace.
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